El 2 de diciembre de 1930 el “Circulo Vitoriano” acogía en primicia absoluta la primera ‘conferencia muda’ del mítico humorista gráfico Bon, una autentica celebridad a nivel nacional en aquel entonces. Pero, ¿quién era exactamente Bon y por qué Vitoria tuvo el honor de asistir al primer pase de este formato vanguardista?
Su nombre era en realidad Romà Bonet i Sintes, había nacido en Barcelona en 1886, y desde muy temprana edad comenzó a colaborar con las principales publicaciones periódicas de la ciudad condal, en las que se hizo un hueco gracias a su maestría en el arte de la caricatura. Pronto alcanzó reconocimiento a nivel nacional, pasando incluso una exitosa temporada en Nueva York, donde, además de fama, hizo fortuna: «Fue el artista gráfico de mayor audiencia, alcanzando la máxima cotización por una portada de revista, tres mil dólares».
Sin embargo, aun estaba por llegar su momento de mayor popularidad. Coincidiendo con la Exposición Internacional de Barcelona en 1929, Bon instalo una roulotte frente al Pueblo Español de Barcelona, la principal atracción de la ciudad. Allí, durante meses, y trabajando casi de sol a sol, realizó miles de caricaturas, ganándose el favor del público. Una vez terminada la exposición, el carromato echó a andar, recorriendo prácticamente toda España. Bon se convierte en un autentico nómada, un “caricaturista trashumante”:
El hombre lleva en sí un bohemio: la vida pacífica y sedentaria embota los sentidos, mientras que las emociones, el cambio de vida y el paisaje refresca la inteligencia: Con esta teoría yo no podía permanecer quieto, sujeto a la monotonía de la vida que sólo tiene el interés de naipes sota, caballo y rey. Pensé y de mis meditaciones salió el carro (julio del 1931).
Y así, tras recorrer prácticamente todo el país -y media Europa-, convertido en el caricaturista más querido y respetado, Bon tuvo un día la ocurrencia de diseñar un nuevo formato de espectáculo. Se cuenta que la idea surgió en el Teatro Gayarre de Pamplona, donde, junto al crítico de arte J. Itubarne, Bon ofreció el 28 de octubre de 1930 una conferencia en la que ilustraba las ideas y opiniones del pensador. A raíz de esta exitosa experiencia, ideó el espectáculo gráfico-humorista de las ‘Conferencias mudas’, en las que, según sus propias palabras, buscaba:
Entretener al público sin pronunciar palabra. Coloco una gran pizarra en el escenario, y allí les hago mil dibujos, que representan exactamente lo que yo quiero contar.
Un auténtico espectáculo de vanguardia cuyas primeras funciones tuvieron lugar en la capital alavesa gracias a la intervención de la asamblea de periodistas locales. Inicialmente, Bon iba a presentar en primicia estas charlas mudas en Bilbao, pero “como obsequio a la prensa con la que siempre ha convivido”, Bon accedió a deleitar al publico alavés con los trazos ingeniosos de su lápiz. Ya el 27 de noviembre, la prensa local adelantaba la noticia, apuntando que:
La conferencia tendrá dos partes. Una reservada a la improvisación que Bon quiera dar al desguaire de su arte y otra será una invitación a los asistentes que quieran subir al estrado que se prepara a Bon, para que éste les obsequie con una caricatura y la asistencia aprecie la rapidez con que desarrolla su trabajo maravilloso.
El 2 de diciembre, el Heraldo Alaves refrescaba la memoria de los lectores publicando en portada una autocaricatura de Bon con la boca sellada por un candado, y al día siguiente se hacia eco de la crónica del evento:
Bon, el simpático Bon, con su indumento especial, cariñoso y acogedor, aunque silencioso, divirtió al público con sus monos hechos con destreza y rapidez tal, que maravillan. Nuestro Bon, que quiso ofrendar a Vitoria y a los periodistas las primicias de su nuevo enfoque en el arte que domina, estuvo con pinturas y lápiz trabajando cerca de hora y media.
Su trabajo, lo tiene acreditado de ha mucho, es de un humorismo feliz, fino en su expresión, fácil y asequible a todos, tan fácil como la maestría del amo de los trazos que se tornan en figuras vivas, rientes, de máscara apacible y atrayente.

Al parecer, en la segunda parte del espectáculo realizó caricaturas a los asistentes, mostrando “las esplendideces de su arte”, y todo parece indicar que Bon pasó en la ciudad varios días, ya que el día 9 de diciembre la prensa local vuelve a hablar de él, mencionando en esta ocasión otra ‘conferencia muda’ de despedida impartida en el Teatro Príncipe, que se encontraba completamente lleno:
Las ovaciones que ha recibido el genial caricaturista en sus actuaciones anteriores, se reprodujeron ayer con más intensidad si cabe.
Quizás en alguna casa vitoriana aún se conserve algún dibujo o caricatura procedente de aquellas conferencias silentes. Sirva esta breve entrada dedicada al inquieto Bon como homenaje a quienes hoy en día siguen practicando un uso parecido del dibujo en nuestra ciudad. En particular, para l@s compañer@s de Ilustrapados en Araba y su ilustramatón, y para los enmascarados The Zuzenders.
Documentos empleados:
– Heraldo Alavés (27-11-1930), (02-12-1930), (03-12-1930), (09-12-1930)
– Pensamiento alavés (16-07-1935), (20-10-1941), (24-10-1941)